Los overflows, incluidos los de buffer, stack y heap, ocurren cuando los datos exceden el almacenamiento asignado en la memoria, sobrescribiendo áreas adyacentes. Esto puede causar comportamientos erráticos, fallos de sistema o, en el peor de los casos, vulnerabilidades de seguridad explotables por atacantes.
Mediante la programación cuidadosa, validación de entradas, y el uso de lenguajes de programación o compiladores que incluyan protecciones automáticas contra overflows.
Un ataque en el que un atacante aprovecha un overflow para sobrescribir áreas de memoria con código malicioso, potencialmente ganando control sobre el sistema.
Pueden ser explotados para ejecutar código arbitrario, elevar privilegios o causar denegaciones de servicio, comprometiendo la seguridad del sistema.