Rootear un dispositivo Android implica obtener acceso de superusuario al sistema operativo del dispositivo. Esto permite al usuario modificar o cambiar configuraciones del sistema y aplicaciones que de otro modo estarían restringidas, personalizando así su dispositivo más allá de las limitaciones impuestas por el fabricante o el operador.
Permite una personalización avanzada, la eliminación de bloatware, acceso a aplicaciones y configuraciones avanzadas, y la posibilidad de instalar ROM personalizadas.
Puede anular la garantía del dispositivo, aumentar la vulnerabilidad a malware y riesgos de seguridad, y posiblemente causar problemas de estabilidad o funcionamiento del dispositivo.
Mediante el uso de software especializado o kits de herramientas de root disponibles en internet, aunque el proceso varía según el modelo y la versión del dispositivo.