Un dropper es un tipo de malware diseñado específicamente para instalar o "soltar" otro malware en el sistema infectado. A menudo, el dropper en sí no realiza acciones maliciosas, más allá de introducir el malware principal, que puede ser un virus, ransomware, o cualquier otra forma de código malicioso.
Manteniendo actualizado el software antivirus, evitando descargar archivos de fuentes desconocidas o sospechosas, y aplicando parches de seguridad a los sistemas operativos y aplicaciones.
Los programas antivirus utilizan firmas de malware, heurística y monitoreo del comportamiento para identificar y bloquear droppers, incluso si el malware que intentan instalar es desconocido o está encriptado.
Es crucial realizar un escaneo completo del sistema con un software antivirus actualizado, eliminar cualquier malware encontrado y cambiar las contraseñas de las cuentas importantes, ya que la información de acceso podría haber sido comprometida.