En criptografía, un hash es el resultado de una función hash, que convierte una entrada de longitud variable (como un archivo o mensaje) en una salida de longitud fija, conocida como valor hash. Este valor es único para datos únicos de entrada y se utiliza para verificar la integridad de los datos sin necesidad de revelar la información original.
Para verificar la integridad de los datos, en sistemas de autenticación de contraseñas, y como parte de firmas digitales y certificados para asegurar que no han sido alterados.
Debe ser computacionalmente inviable encontrar dos entradas diferentes que produzcan el mismo valor hash (resistencia a colisiones) y difícil derivar la entrada original del valor hash (resistencia a la preimagen).
Cualquier cambio en los datos, incluso un cambio mínimo, resultará en un valor hash completamente diferente al calcularlo nuevamente, indicando que los datos han sido alterados.