La criptografía cuántica es una técnica de encriptación avanzada que utiliza los principios de la mecánica cuántica para asegurar la comunicación, haciéndola inmune a los intentos de interceptación y descifrado. Uno de los usos más conocidos de la criptografía cuántica es la distribución cuántica de claves (QKD), que permite a dos partes generar una clave criptográfica compartida de manera segura.
Se basa en las propiedades cuánticas de las partículas, como el entrelazamiento cuántico y la no clonación, que aseguran que cualquier intento de interceptar la comunicación alterará el estado de las partículas, revelando la presencia del espía.
La criptografía tradicional se basa en la complejidad computacional de ciertos problemas matemáticos, mientras que la criptografía cuántica utiliza principios de la física cuántica. Esto significa que, teóricamente, la criptografía cuántica puede ofrecer seguridad incluso frente a los poderes de cálculo de una computadora cuántica.
La criptografía cuántica se encuentra en etapas tempranas de implementación comercial. Aunque la QKD se ha demostrado en práctica, su adopción a gran escala aún enfrenta desafíos técnicos y de costos.
Se espera que la criptografía cuántica juegue un papel crucial en la protección de la comunicación en la era de la computación cuántica, ofreciendo métodos de encriptación prácticamente inquebrantables por las computadoras cuánticas. Su desarrollo continúa avanzando, prometiendo mejorar la seguridad de las comunicaciones digitales a nivel mundial.