El uso de contraseñas seguras es una práctica fundamental de ciberseguridad que implica crear combinaciones complejas y únicas para cada cuenta o servicio, con el fin de proteger la información personal y corporativa de accesos no autorizados.
Una contraseña segura debe ser lo suficientemente larga (al menos 12 caracteres), incluir una mezcla de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos, y evitar palabras comunes o información personal fácilmente deducible.
Se recomienda cambiar las contraseñas periódicamente, al menos cada 3 a 6 meses, o inmediatamente si se sospecha que ha sido comprometida.
Sí, los gestores de contraseñas son herramientas útiles que ayudan a crear, almacenar y gestionar contraseñas seguras para múltiples cuentas, reduciendo el riesgo de olvido o uso de contraseñas débiles.