Un activo de información se refiere a cualquier dato, información, sistema o recurso que apoye las actividades de una organización y que tenga valor para ella. Este puede ser desde información almacenada electrónicamente, como bases de datos y archivos, hasta recursos físicos como servidores y hardware de red, así como el software y las aplicaciones que se utilizan para crear, procesar, almacenar y comunicar esta información.
Identificar un activo de información comienza con un inventario detallado de todos los recursos de información que una organización posee, utiliza o tiene algún tipo de control. Esto incluye clasificar la información según su importancia, sensibilidad y valor para la organización. Se debe considerar tanto la información en formato digital como en papel, así como el software, hardware y servicios que soportan su ciclo de vida.
La gestión eficaz de los activos de información es crucial para la seguridad, la eficiencia operativa y la toma de decisiones estratégicas en una organización. Proteger estos activos de amenazas como el acceso no autorizado, la divulgación, la alteración o la destrucción asegura la integridad, confidencialidad y disponibilidad de la información crítica para la operación y el éxito de la organización.
Las mejores prácticas para proteger los activos de información incluyen la implementación de un sistema de gestión de seguridad de la información (SGSI) basado en normas internacionales como ISO/IEC 27001, la clasificación de datos basada en su sensibilidad y valor, el uso de controles de acceso físicos y lógicos, la encriptación de datos sensibles, y la formación y concienciación de los empleados sobre la seguridad de la información.