La alta disponibilidad se refiere a la capacidad de un sistema o componente de estar operativo y accesible durante un largo período de tiempo sin interrupciones significativas, minimizando el tiempo de inactividad al máximo. Este concepto es esencial en entornos donde los servicios o aplicaciones deben estar constantemente disponibles para los usuarios o para procesos críticos de negocio. La implementación de soluciones de alta disponibilidad implica el uso de tecnologías redundantes, sistemas de failover automáticos, y prácticas de diseño resiliente para asegurar que los servicios puedan resistir fallos de hardware, software, y otros tipos de interrupciones sin afectar significativamente el rendimiento o la accesibilidad.
Lograr la alta disponibilidad en los sistemas de TI requiere una planificación y diseño cuidadosos, que incluyen la implementación de redundancia a nivel de componentes y conexiones, sistemas de balanceo de carga para distribuir uniformemente las solicitudes entre múltiples servidores, y mecanismos de failover que permitan la recuperación rápida y automática de fallos. Además, es crucial realizar un monitoreo constante del sistema y pruebas regulares para asegurar que los mecanismos de alta disponibilidad funcionen correctamente.
La alta disponibilidad se centra en prevenir el tiempo de inactividad en el funcionamiento normal de los servicios, mediante la mitigación de fallos operacionales y técnicos. Por otro lado, la recuperación ante desastres se refiere a las estrategias y procedimientos implementados para recuperar la funcionalidad de los sistemas después de desastres mayores o catástrofes, que pueden incluir eventos naturales o ataques cibernéticos severos. Mientras que la alta disponibilidad se ocupa de la continuidad operativa día a día, la recuperación ante desastres se activa tras incidentes que causan interrupciones extensas.
Las métricas comunes para medir la alta disponibilidad incluyen el porcentaje de tiempo de operatividad (uptime) en relación con el tiempo total considerado, comúnmente expresado en "nueves" (por ejemplo, 99.9% de disponibilidad, conocido como "tres nueves"). Otras métricas pueden incluir el tiempo medio entre fallos (MTBF) y el tiempo medio de reparación (MTTR), que proporcionan información sobre la fiabilidad de los sistemas y la eficiencia de los procesos de recuperación.