Ping Flood es un tipo de ataque de denegación de servicio (DoS) en el que el atacante inunda un objetivo con solicitudes de ping (ICMP echo requests) en un intento de sobrecargar el sistema y hacer que el recurso sea inaccesible para los usuarios legítimos.
La mitigación puede incluir la configuración de firewalls para limitar la tasa de solicitudes ICMP, utilizar sistemas de detección y prevención de intrusiones (IDS/IPS) que pueden identificar y bloquear este tipo de tráfico anómalo, y aumentar la capacidad del ancho de banda.
Puede causar una degradación significativa en el rendimiento de la red, aumentando la latencia y, en casos severos, resultando en la inaccesibilidad completa del recurso objetivo para los usuarios.
Realizar un Ping Flood sin permiso es ilegal en muchas jurisdicciones, ya que se considera un ataque de denegación de servicio. Solo debe ser realizado en contextos de pruebas controladas y autorizadas.