La resiliencia en TI se refiere a la capacidad de un sistema o red para resistir, adaptarse y recuperarse rápidamente de fallos, ataques o cualquier otra interrupción, manteniendo la continuidad operativa.
A través de la planificación de la continuidad del negocio, la implementación de redundancia y medidas de recuperación de desastres, y la adaptación continua ante nuevas amenazas.
Mientras que la redundancia se enfoca en la duplicación de componentes específicos para prevenir fallos, la resiliencia implica una capacidad más amplia del sistema para recuperarse y adaptarse a desafíos imprevistos.
Permite a las organizaciones mantener operaciones críticas frente a interrupciones, minimizando el impacto financiero y operativo de incidentes y asegurando la confianza de clientes y partes interesadas.